martes, 8 de febrero de 2011

¿O es que acaso hay alguien mas aquí?


Hay muchas cosas por las que hemos luchado, en las que hemos puesto toda la carne en el asador, que nos han dejado sin un mínimo de energía para poder seguir....Hemos luchado por algo en lo que creíamos, por algo que queríamos, por algo que merecía la pena (o por lo menos, eso parecía)...
En esa batalla hemos arriesgado muchas cosas, a veces parece que tenemos una venda en los ojos que no nos hace valorar en realidad lo que nos estamos jugando y no nos damos cuenta hasta que estamos fuera.
Un buen baile de espadas o una retirada a tiempo, hacen que las pérdidas no haya que sufrirlas, y que sobren los motivos para celebrar las victorias, pero siempre no va a ser así.
En las pequeñas derrotas una no se da cuenta de lo que pierde o lo que gana en realidad....de hecho, hay pequeñas derrotas que no las sufres hasta pasado un tiempo...

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Sylvia busca el frasco de Channel en su piso de alquiler. Quema, quema en el esófago pero no queda vodka ni ron.
Rompe fotos de un amor perdido, escribe notas de suicidio que nadie, nadie, nadie va a leer,excepto ella dentro de un mes.
Silvia nunca fue una gran actriz pero el exceso de carmín casi rompió el duro corazón y el matrimonio de un gran actor.
Estés, estés donde estés ven aquí, te besaré como James Deán. Quizás te busque y no vuelvas jamás,es estupendo ser vulgar.
Entregó su amor de folletín al sinvergüenza Mastroianni. Marcello, Marcello, no me dejes así,lo he dado todo, muero por ti.
Escondiendo sus cuarenta y dos en un filme menos que maldito. Corten, corten, Sylvia no advirtió que su carrera ya terminó.
Y ahora con sesenta y dos se dedica al estraperlo, vende a precio de latónsu cuerpo y su corazón.
Sylvia -Sidonie-

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