martes, 12 de abril de 2011

Palmas


Dicen que las pasiones hay que vivirlas desde pequeño, hay que mamarlas dentro de la casa, hay que aprender de los padres y hay que ir cultivándola año tras año.
Pues yo digo que no.
Las pasiones también nacen cuando ya no eres tan pequeño y me atrevo a afirmar que no es necesario que haya nada en la casa. Todo depende de uno mismo y del entorno, eso sí, el entorno es necesario.
La Semana Santa en Lorca o se vive o no se vive, por ningún lorquino pasa de largo, más o menos todas las familias están metidas en algún paso y si no lo están les gustaría.
Yo no soy de Lorca y evidentemente, mis padres tampoco lo son. En mi casa no se come trigo el Domingo de Ramos, mis padres no llevan fotos de vírgenes ni tonos de música cofrade y tampoco salen a tomarse el aperitivo el Viernes Santo. Ese día en mi casa se come potaje, bacalao y naranja con canela de postre, es nuestra tradición.
Pero resulta que un blanco sí se puede hacer, aunque nazcas devota de la Virgen de los Remedios.
Gracias (supongo :P) a dos personajes cada año me siento más blanca (lo que supone más lorquina, aunque yo siempre voy a ser de Graná, con mi mala follá y con mis tíos allí).
Todo empezó como un "acompañamiento", como una forma de agradecer todo lo que ellos nos enseñan y todo lo que nos dejan conocer, pero cada año se va convirtiendo en pasión, en ganas de ver al San Juan bailar y de ver a la Virgen en los hombros de los costaleros.
No pertenezco al paso ni nada de eso (aunque a veces realmente lo dudo) pero en muchos momentos sí que siento que un poquito de mí está por ahí y se me pasa por la cabeza que quizás algún año sea una más.
No se si es la fiebre semanasantística, los costaleros a los que acompaño en la biblioteca y en otros ámbitos o el nazareno de fieltro....no sé lo que es, pero sé que me gusta.
Hoy he hecho palmas para el San Juan, me he superado.

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