sábado, 12 de marzo de 2011

Aquí y ahora


Me acosté con un nudo en el estómago. No un nudo de ansiedad, o de malestar...no...era un nudo de nervios, de expectación, de ilusión, de incredulidad....y no solo es que me acostara aquel día, sino que aún lo tengo por aquí rondando.
Salí de la universidad y me fuí al museo, después de hacerte esperar una hora llegué con mucha prisa, quería estar allí antes que tú. Hacía frío (unos 8ºC a ojo de buen cubero me dijiste después) pero yo estaba acalorada, me sobrara la chaqueta y el pañuelo, pero estaba temblando y con las manos heladas.
Como aún no estabas, decidí sacar mis papeles y empezar a leer, no sabía qué hacer y necesitaba un entretenimiento. Te vi a lo lejos, y a partir de ese momento lo que leía no se quedaba en mi cabeza, simplemente tenía la vista fija en los papeles mientras calculaba cuánto te quedaba por llegar al banco. Y llegaste.

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